miércoles, 10 de junio de 2009

Contaminación en Lima


Lima no solo es arte, no solo es céntrica, no solo es cosmopolita. También tiene su lado oscuro. También existen, como en otras capitales del mundo, problemas sociales, políticos y económicos. Uno de estos problemas es la contaminación, un tema que ha sido muy tocado en los últimos años para llamar la atención al ser humano que destruye su propio hogar.

En este blog presentamos crónicas y textos que critican y analizan la situación de Lima en temas de contaminación ambiental, visual y sonora. Para éstas existen decretos y normas pero no son cumplidas en su totalidad, evitando la salvaguardia de la armonía y estética de la ciudad, el cuidado de la salud del limeño y sobre todo la integridad del planeta.

Medio Ambiente: Factor Fundamental para el futuro de la humanidad

Alerta mundial por impacto ambiental

"Esta preocupación global que involucra a todos los seres humanos, cobra particular relevancia en un país como el Perú por su condición de megadiverso, gracias a la abundancia de formas vivientes que se desarrollan en su territorio"

El medio ambiente ha ganado cada vez más atención y preocupación por parte de las organizaciones y los gobiernos. El mal uso de los recursos del planeta lo han puesto en peligro. El aire y el agua se agotan, los bosques se están reduciendo y muchas especies animales se están extinguiendo por la caza, pesca y la destrucción de sus hábitat naturales. Los aspectos del deterioro ambiental en el Perú son muy diversos, pero todos nacen de la misma actitud displicente hacia el medio que nos rodea.

La contaminación del aire es un fenómeno focalizado en las ciudades más grandes y pobladas del país, así como en los complejos industriales o de procesamiento. Entre las ciudades más contaminadas podemos encontrar a Piura, Chiclayo, Lima-Callao, Trujillo, Pisco, Huancayo, Arequipa y Cusco. Algunas ciudades relativamente pequeñas, pero muy contaminadas, como Chimbote, Cerro de Pasco, Ilo y La Oroya, están casi exclusivamente expuestas a los residuos industriales, mineros y pesqueros.

En los últimos veinte años se han deforestado en la región San Martín más de 2 millones de hectáreas de bosques vírgenes para ser convertidas a la agricultura y ganadería.
La antigüedad de los vehículos de transporte público y el grado de contaminación que estos traen, es el mayor problema que tiene Lima, podemos concluir que las actividades industriales y la quema de basura son otras fuentes de contaminación del aire en las ciudades peruanas. Según estadísticas del Ministerio de Salud, todos los años se presentan en el Perú más de 2 millones de casos de infecciones respiratorias agudas en menores de cinco años; Lima concentra más del 30% de los casos.

El efecto más evidente del cambio climático ha sido la multiplicación de huracanes, inundaciones y sequías. En nuestro país, 'el fenómeno del niño' también es un efecto directo del calentamiento global. Se han reportado la aparición de enfermedades como el dengue y la malaria, en áreas del planeta donde nunca antes se habían presentado. La Constitución del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (PICC) hizo una investigación sobre el adelgazamiento creciente en la capa de Ozono, esta disminución es mayor sobre el continente Antártico, donde se han detectado reducciones hasta de un 20%.

Alrededor de 800 mil pobladores de Lima Norte resultaron afectados por la contaminación que produce la actividad industrial. El número de fábricas que no cuentan con el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) y que afectan a la sociedad con el humo que producen, es aproximadamente de 30 y fueron detectadas en los distritos de Independencia, Los Olivos y San Martín de Porres. La contaminación del aire afecta la salud de la mayoría de niños de los niveles socioeconómicos medios, bajos y muy bajos ocasionándoles graves problemas respiratorios. Se puede concluir que las zonas más afectadas son las de menos recursos.

Por otro lado, El ministro de Ambiente, Antonio Brack planteó que un porcentaje de las regalías mineras sea invertido “necesariamente” para poder así financiar programas de prevención y descontaminación en lo que refiere a contaminación ambiental. Asimismo, el ministro de Ambiente refirió que su despacho ya elabora otra estrategia para hacer frente el nivel de contaminación en la cuenca del río Mantaro, generado por 18 compañías mineras que operan en la sierra central del país. El ministerio de Ambiente promovió el uso de hornos ecológicos en pollerías, panaderías y restaurantes del Perú, con el fin de disminuir en nivel de contaminación que existe en el Perú.

Marco Arévalo Mesía, profesor de Biología del C.E.P. Trilce La Molina, afirmo en la entrevista: El maestro tiene un rol básico en la formación de los alumnos, incluyendo los aspectos del ambiente. Si los maestros inculcaran a los alumnos sólo un principio, la situación cambiaría y tendríamos un país, un pueblo y una escuela más limpia. Nos hemos acostumbrado a echar al ambiente nuestros desechos y el Perú se está deteriorando. Hoy existe una nutrida información escrita y en la Internet sobre los temas ambientales y están al alcance de todos. Por ejemplo en el Perú tenemos PERU ECOLÓGICO que ofrece estos temas para los docentes y alumnos.

Lamentablemente el Perú se ha tornado cada vez mas pobre en las últimas décadas por el mal uso de sus recursos naturales y la creciente contaminación del ambiente. La historia nos presenta dolorosas lecciones de despilfarro, destrucción y contaminación que aún no aprendemos, siendo tarea urgente para los peruanos – comenzando por las autoridades pero abarcando a toda la sociedad- tomar conciencia de los múltiples beneficios que el aprovechamiento racional de nuestros recursos nos trae, y por otro lado, de los daños irreparables que significan el deterioro de nuestro ambiente y la pérdida de nuestro Biodiversidad.

martes, 9 de junio de 2009

El rugir de la ciudad


Lima es una ciudad que cuenta con innumerables atractivos turisticos, de los que cualquier extranjero quisiera disfrutar, sin embargo la contanimación sonora representa un gran obstaculo a la hora de conocer la ciudad



Lima la horrible, escribió Salazar Bondy allá por 1964, tomando prestada una nota al pie del poema “Viaje Hacia la Noche” de Cesar Moro, cuando la ciudad era remecida por la masiva migración de gente procedente de los Andes. Cuarenta y cinco años más tarde ¿Qué podemos decir nosotros de la Lima de hoy? ¿Lima la sucia? ¿Lima la de los mil colores? ¿Lima la huachafa? Que tal, Lima, la ruidosa.


Un breve paseo por la avenida Abancay corrobora lo que los estudios del Taller de Investigación Sonora en Radio (Isonar), de la Universidad de San Martín de Porres, revela: el Centro de Lima constituye una pesadilla auditiva para cualquier vecino o transeúnte. Los ruidos molestos provienen de todas las direcciones, en todas las escalas y de distintas fuentes. Hay para todos los gustos, o disgustos.


El bullicio forma parte de la vida diaria de cualquier limeño. Para llegar a su centro de estudios o laboral, o movilizarse para realizar cualquier otro tipo de actividades las personas deben enfrentarse al rugido de las calles. Los limeños al parecer, ya están acostumbrados a todo esto y no perciben de manera consciente la molestias del ruido, pero sin duda cualquier turista que se encuentre en su camino hacia al centro histórico de Lima podría encontrarlo insoportable.


El límite máximo de volumen recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 55 decibeles. Sin embargo aquí las cifras son mucho más elevadas, superando el ciento.
Esta avenida constituye una de las vías más importantes de Lima ya que por ella circulan gran cantidad de vehículos de transporte público, lo que la convierte también en una de las avenidas con mayor contaminación ambiental y sonora.


Son las ocho de la mañana, la relativa calma de la madrugada limeña ha quedado atrás. Lima se encuentra en su hora punta, el tráfico es inclemente en esta vía como lo es en muchas otras partes de la ciudad. En las primeras cuadras de la avenida Abancay, que se inicia luego del puente Ricardo Palma se encuentran grades edificios que sirven como depósitos o fábricas de productos textiles. Aquí predomina el ruido de los vehículos, como lo hará durante el resto del recorrido. Se estima que el 90 % de la contaminación sonora en Lima Metropolitana proviene del parque automotor.

El parque automotor,principal agente contaminante.


Los estridentes motores de los automóviles, que se encuentra en pésimas condiciones se mezclas con el ruido de las bocinas que son usadas indiscriminadamente. Los conductores están dispuestos a presionas el botón cuantas veces sea necesario. Y claro, el transporte público se hace escuchar en lo que a contaminación sonora respecta. Muy aparte de los ruidos producidos por las pesadas maquinas, los cobradores colaboran con el caos urbano anunciando a todo volumen las rutas de sus unidades. “Todo Abancay, Acho, Penal” grita un joven de unos 25 años, con un volumen que envidiarían los más grande tenores.


Más adelante, pasando la Plaza Bolívar y el Congreso de la República, abundan las galerías de ropa deportiva. Al murmullo de la gente que camina a paso ligero se unen las invitaciones de los vendedores a pasar a sus stands.
Ni siquiera el antiguo local de la Biblioteca Nacional del Perú, en donde se supone debería reinar la calma se salva del bullicio. En las afueras de este edificio, construido en el año 1568, se registra 104 decibeles de ruido ambiental.

Al molesto ruido del los automóviles se suman los pitos de los policías, que intentan con poco éxito mantener el transito ordenado y fluido. Estos son además los más afectados por este tipo de contaminación, que puede causar problemas como insomnio, estrés y agresividad.

El ruido que producen los vehículos de transporte público no solo se registra en el exterior de los mismos. En su interior los pasajeros tienen que soportar muchas veces los gustos musicales de los cobradores y choferes, que sintonizan las radioemisoras al volumen que les plazca. Muchos usuarios, utilizan reproductores portátiles desconociendo el daño que pueden estar causando a sus tímpanos, pues estos pueden emitir hasta de 130 decibeles, más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.


Llegando a la cuadra 7 de esta misma avenida, se encuentra la galería comercial conocida como el "El Hueco" ya que se estableció en una excavación realizada luego de la demolición del edificio que ocupaba esos terrenos. Ésta es la tierra de la piratería, el emporio de la informalidad. Aquí mucho del ruido proviene los reproductores musicales, que dan una muestra a todo volumen del los productos que se comercializan en cada stand.


Más adelante en la cuadra ocho, se encuentra el parque Universitario, donde se ubica una feria artesanal permanente. Los muchos clientes colaboran con el caos de la ciudad. En los cruces peatonales el murmullo de las voces se hace más fuerte y concentrado.


Quedan tres cuadras más de esta avenida, en ellas destacan la galerías comerciales y todo su ruido característico. Cuadra once, la avenida termina aquí con el cruce con la Avenida Grau, sin embargo el ruido continua acompañando a los viajantes hasta su destinos, como lo ha hecho en los últimos años y como lo seguirá haciendo si es que las personas no toman consciencia del daño que esto puede producir y si las autoridades no se esmeran por realmente conseguir una solución para estos abusos.





A continuación se pueden escuchar algunos archivos realizados por el área ISONAR de la Universidad de San Martin de Porres, play.




Vallas donde vayas

La población limeña se encuentra expuesta a la gran contaminación visual que aqueja a casi todos los distritos, en especial a los más concurridos; perturbando así la visualización de los peatones y malogrando la estética de nuestra ciudad. Pero no sólo somos los residentes los afectados, sino que también los turistas se llevan una dosis de éste malestar los cuales, vayan donde vayan son atacados por la publicidad indiscriminada.


Era verano, día sábado, a las 8 de la mañana, el sol amenazaba estar en su máximo esplendor, todo era perfecto para pasar el día frente al mar y dejarse quemar por los rayos del sol, comer un rico cevichito y disfrutar el día con los amigos; sin embargo para gozar de todo esto era inevitable soportar aproximadamente una hora de viaje por la Panamericana Sur, la cual se encuentra repleta de gigantescos carteles que publicitan descontroladamente todo el mercado peruano, es imposible pasar con el carro y dejar de ver la enorme botella de Inca Kola, el sol sonriente de D´onofrio, una chica en bikini con una cerveza en la mano, baterías, bloqueadores, seguros de vida, cremas, champús de todas las marcas, celulares, bancos, licores, cementerios, en fin toda esta gama de productos y servicios en descomunales avisos en el camino al Sur.
Los primeros 56 kilómetros de la Panamericana Sur tienen 228 carteles publicitarios, los que son vistos por pasajeros de aproximadamente 6 mil vehículos que recorren la carretera rumbo a las playas, quienes observan la poca o bien lograda creatividad de los publicistas que se rompen el cerebro para crear esos llamativos carteles de casi 20 toneladas y por los cuales gastan millones de dólares.

Y aquel día que al parecer era propicio para el relajo puede terminar en un lamentable accidente por el conductor que se distrae con algún enorme producto, no por nada se han registrado 148 vuelcos de vehículos entre los kilómetros 20 y 179 de la Panamericana Sur.
No contentos con ello, las empresas de publicidad no cumplen con las reglas de seguridad que fijó la Ordenanza 1094, la cual establece que los paneles deben estar separados por 300 metros de distancia uno del otro y que tampoco pueden invadir los aires de la pista. Sin embargo se encuentran ubicados cada 100 metros. Además, prohíbe colocar avisos publicitarios en la berma central.

Esto es terrible para la promoción del Turismo, para aquellos extranjeros que salen de sus países a ver otros aires, a conocer nuestras playas o practicar deportes como el surf, y que sin embargo tienen que aguantar la invasión publicitaria toda la ruta al Sur.

El sol se fue con el verano, sin embargo la cantidad de publicidad sigue y aumenta. Y como si esto no fuera suficiente, no es sólo un sábado de verano en el que se busca un espacio de diversión y relajo sino que todos los días, todos los meses, todo el año, siempre y ahora más, casi todos los distritos de Lima están invadidos por carteles comerciales, ya parece un mercado persa con anuncios de todo tipo impuestos a las personas por empresas que sólo buscan llenarse los bolsillos importándoles poco la contaminación visual que generan.



Vallas donde vayas, ¿Por qué? Al trabajo, al colegio, a la universidad, a pasear, a ver un partido de fútbol, a la peluquería, al dentista, a tu casa, esto es insoportable para los limeños; pero es aún mas terrible para el turista que viene a visitar museos, galerías de arte, a comprar recuerdos del Perú, a un restaurante, a comprar ropa, o simplemente caminar por las calles con sus grandes mochilas y sus cámaras fotográficas con lentes kilométricos, sin embargo se encuentra con desproporcionados e innumerables avisos. Nadie se escapa, niños, jóvenes, adultos, ancianos y los pocos turistas que pisan nuestro suelo limeño; parece que los peatones y conductores son perseguidos por estos monstruos de la publicidad, expuestos a la sobreabundancia de estímulos visuales y esto ésta comprobado, puede entorpecer el procesamiento de información. Cuando una imagen supera el máximo de información que el cerebro humano puede asimilar, se produce una especie de estrés visual, las reacciones psicofísicas se ven alteradas, la percepción se vuelve caótica y la lectura ordenada del paisaje se hace imposible.
La imagen de la ciudad se encuentra deteriorada al imponer una omnipresente contaminación visual y arruinando así numerosos espacios públicos.
Entre los distritos mas afectados por ésta contaminación visual tenemos a Jesús María, como se puede observar en los alrededores del Círculo Militar, el Campo de Marte y el Parque de los Próceres. Otro distrito podría ser San Miguel, que en su zona comercial se encuentra llena de paneles en casi todas sus cuadras.
Estas empresas en su lucha por posicionar sus marcas y acercarlas cada vez más al consumidor final, no reparan en gastos, y les interesa poco el malestar que sufre la sociedad limeña y mucho menos el daño que hacen a la economía del país al espantar a los turistas. Empresas inescrupulosas que se encargan de malograr las calles de Lima, cuyas publicidades se han convertido en parte habitual del paisaje urbano e interurbano, éstas son Carteleras Peruanas, Punto Visual que tiene 4564 publicidades entre torres, unipolares, paneles, prismas, clips, paraderos, cabinas, vallas y paletas en todo Lima y que está valorizado en 15 millones de dólares, el Grupo Vallas, Clear Channel, que con sus paneles luminosos en las avenidas mas concurridas como Arequipa, San Felipe, La Mar, Javier Prado, Angamos, La Marina no sólo contaminan sino que impiden la visibilidad a conductores y transeúntes, ocasionando frecuentes accidentes de tráfico. Esto es publicidad inteligente, en la que (las agencias de publicidad) hacen uso de una cantidad de elementos psicológicos para captar la atención.

Lamentablemente ni la Policía de Tránsito, ni las municipalidades han hecho un estudio sobre el impacto de la contaminación visual en los accidentes de tránsito.
Pero no sólo estas empresas son las culpables de la gran contaminación visual que aqueja a nuestra ciudad sino que distritos como San Isidro, San Borja, Lince, Pueblo Libre y casi todos los distritos están llenos de publicidad municipal.

Otro aspecto de ésta contaminación es la cantidad de postes que hay en la ciudad, especialmente en el cercado de Lima, y sólo es necesario levantar la vista para observar la cantidad de cables que cruzan las avenidas, ocultando nuestro cielo gris, que dan un muy mal aspecto a las calles tradicionales de Lima.
Sin embargo estamos tan acostumbrados y tan sobrexpuestos a la contaminación visual que la soportamos como una enfermedad crónica.
En Lima hay interminables lugares turísticos que dejarían a los extranjeros con la boca abierta de admiración, sin embargo aquí falta una institución autónoma que se encargue específicamente del sector turismo de manera integral y que pueda tratar de cambiar las miles de limitaciones que tenemos y que ayude a fortalecer los servicios que el país ofrece a los turistas.

Como vemos a estas limitaciones se le suma una más que es la contaminación visual. Sin embargo, los alcaldes de los distritos más comprometidos, en cuanto a contaminación visual se refiere, no hacen nada por revertir esta situación, que no sólo afecta a los pobladores de Lima, sino a los aproximadamente 2 millones de turistas que vienen al año, de los cuales casi ninguno regresará si tenemos nuestra ciudad de esta manera, por lo que urge un cambio en la presentación de la ciudad, sin la contaminación aludida.